¿Y tú quién eres?

He conocido a muchas personas en mi vida, y a todas las puedo catalogar en dos categorías:
Las que tuvieron éxito y las que nunca han fracasado.
¿A cuál perteneces tú?
-Emilio-

El tiempo ni se compra ni se vende.
El tiempo se disfruta y se comparte.
¡El tiempo es único!
-Emilio-

"El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen" - Johann W. Goethe-

viernes, 29 de marzo de 2013

PARTE 5 Y ÚLTIMA DEL LIDERAZGO Y LA IE: LA COOPERACIÓN Y COLABORACIÓN EN LOS EQUIPOS DE TRABAJO.

Introducción.

Actualmente nos encontramos en un mundo globalizado y en unos tiempos de constantes cambios, y donde el factor humano es cada vez más escaso sobre el factor tecnológico. Por ello quiero hacer, en una serie por partes, sobre la inteligencia emocional, unos comentarios para tratar de explicar lo importante que es para las personas y para las empresas la Inteligencia Emocional aplicada al Liderazgo en las empresas. Los líderes no gestionamos empresas, ni departamentos, ni organizaciones, ni presupuestos, ... ; los líderes gestionamos personas.

Voy a tratar este tema de la IE y el liderazgo en diferentes partes o entregas, en esta parte 5 y última hablaremos de "COOPERACIÓN Y COLABORACIÓN", como otra de las capacidades de la IE.

PARTE 5. LA COOPERACION Y COLABORACION.
Actualmente en el entorno empresarial (en general) contamos con modernas tecnologías, con grandes empresarios, financiación (…no todas), etc., pero se echa de menos la gestión de equipos eficientes. Es decir, se echa de menos lo que denomino “capital emocional”. Además de poseer formación y preparación, se hace necesario disponer de un alto grado de Inteligencia Emocional.

La colaboración, el 1 + 1 (en RRHH) que sea siempre un resultado muy superior a 2, el ser capaz de desarrollar un buen nivel de comunicación y de inteligencia social, donde los sujetos sean capaces de valorar las diferencias y ser capaces de “sincronizar” los mecanismos (sinergizar) y ser capaz de aprender de todos y entre todos. Para este fin, se hace necesario disponder de un alto capital emocional o lo que es lo mismo tener desarrollada y potenciada la Inteligencia Emocional.

De un experimento realizado en Cambridge, con un análisis de 120 equipos, se deduce que las mejores decisiones se tomaban en aquellos equipos donde predominaba una verdadera “Inteligencia social” y que se basaba en el aprovechamiento de las sinergias, de la cooperación y la colaboración entre todos los miembros del equipo para la toma de decisiones. Por el contrario, no fueron los mejores resultados en aquellos equipos donde se focalizaban las decisiones en los debates competitivos de los miembros de muy alto coeficiente intelectual, y donde ninguno quería realizar otras funciones menos representativas (no por ello menos importantes) como las de planificar, recogida de información, etc.

Lo que ocurrió fue que en aquellos grupos donde fueron capaces de sincronizar sus “mecanismos” individuales, convirtiéndolos en uno solo mayor, con armonía interna éste se convirtió en una equipo altamente efectivo con muy alto potencial que suponía un efecto multiplicador sobre el trabajo individual de sus miembros.

El desarrollo de as habilidades sociales de la IE (colaboración, cooperación, comunicación, consenso, empatía, asertividad, etc.) suponen un gran crecimiento de la “inteligencia social” en el equipo, donde los conocimientos y destrezas que aprendemos y que conseguimos asimilar,  suele ser gracias a los otros: busca un mentor, el mejor,  y aprende imitando y superando.

En muchos foros suelo decir que no dirigimos empresas, dirigimos personas, por tanto la generación de un equipo de alta efectividad tendrá como base principal el “factor humano”, la capacidad de relacionarse y potenciarse mutuamente los elementos humanos que lo compongan. Para ello se hace imprescindible el desarrollo de la IE y que el líder del grupo sea consciente de este aspecto.

Los líderes solemos hablar o lamentarnos del “Clima Laboral” de nuestras empresas, lanzando consignas hacia los componentes de nuestros equipos en las que les hacemos responsables de su falta de “automotivación”. Las habilidades sociales, como la colaboración promueven este tipo de entornos y de climas laborales positivos, donde se comparte información, recursos y responsabilidades en las tareas. Se genera un alto grado cooperativo donde “uno sí puede reír y estar trabajando” (hasta hace poco la mentalidad del líder era que si ríes no estás trabajando, si te diviertes no trabajas, si bromeas no estás cumpliendo,…), en definitiva se está produciendo un cambio de paradigma donde se valora este tipo de habilidades sociales competenciales de la IE orientadas hacia la colaboración y la cooperación dentro de los equipos. Esto hará que exista un aumento de capacidades de trabajo en el equipo, con el consiguiente aumento de la productividad. Por tanto, muchas empresas ya son capaces de ver esto como una de las ventajas de la IE en las organizaciones y que supone un desarrollo en el potencial económico.

Una de las principales funciones de los líderes en este nuevo entorno, y que muchos ya son conocedores, está en la capacidad de gestión y adaptación al cambio, donde el líder está al servicio de “su gente”, el líder no ordena, sino que inspira y moviliza a sus colaboradores haciéndoles corresponsables del trabajo y de los éxitos. No tienen por qué ser innovadores, pero sí que deben ser capaces de reconocer y valorar una idea novedosa.

 

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