¿Y tú quién eres?

He conocido a muchas personas en mi vida, y a todas las puedo catalogar en dos categorías:
Las que tuvieron éxito y las que nunca han fracasado.
¿A cuál perteneces tú?
-Emilio-

El tiempo ni se compra ni se vende.
El tiempo se disfruta y se comparte.
¡El tiempo es único!
-Emilio-

"El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen" - Johann W. Goethe-

martes, 13 de agosto de 2013

LA “GENTE TÓXICA” Y YO. EL PELIGRO DE LAS RELACIONES “TÓXICAS” O EL “AUTOENVENENAMIENTO”.



LA “GENTE TÓXICA” Y YO. EL PELIGRO DE LAS RELACIONES “TÓXICAS” O EL “AUTOENVENENAMIENTO”.

En muchas ocasiones establecemos relaciones con otras personas que suelen ser poco saludables y que se convierten en una enfermedad silenciosa, que sin ser conscientes, en muchos casos, de que la padecemos no hacemos nada, bien porque no sabemos actuar contra ella o porque no podemos (no nos sentimos con fuerzas) ni queremos afrontarlo. En concreto me refiero a esas relaciones o interacciones que tenemos con otras personas y que nos producen un “drenaje energético” muy importante, es decir un déficit emocional, que nos generan emociones negativas y situaciones perjudiciales e incómodas en nuestra vida.

Aunque este tipo de “enfermedad” se basa fundamentalmente en la relación con otras personas, suele ser una relación en la que las emociones fluyen de forma unilateral, y no por el hecho de tratarse de vínculos entre dos personas se trate de influencias bilaterales, la energía fluye sólo en un sentido, desde la “víctima” (da su energía positiva) hacia el “drenador” (quien absorbe dicha energía positiva y a su vez transmite energía negativa), a quien “culpamos” o hacemos responsable de generar en nosotros ese cúmulo de emociones negativas (culpa, enfado, rechazo, etc.). Emociones que generan en nosotros un carácter con el que proyectamos una imagen “enferma” de nuestro carácter hacia los demás.

Este tipo de relaciones “tóxicas” no sólo se producen en el ámbito de las relaciones de pareja, sino que también entre hijos, padres, amigos, familiares, compañeros, vecinos, jefes, empleados, socios, etc. Este tipo de relaciones puede ser de muchas formas: agresivas, pasivas, tímidas, de sometimiento, o incluso de respeto. Pero el hecho que subyace siempre será el hecho de si este tipo de relación implica una “distorsión emocional” en mí y, por tanto, esta relación es una relación “tóxica” o “envenenada” para mí.

Este tipo de relaciones “tóxicas” suelen ser del tipo de relaciones  con poco sentimiento de felicidad que mantienes con determinadas personas, pero aún así crees que las necesitas y no puedes dejar de tenerlas. Relaciones con las que experimentas un sentido de dependencia, de sometimiento emocional, un sentido de inferioridad o de culpa. Relaciones que mantienes con personas quienes sólo cuentan contigo como “confesor” y sólo interactúan para compartir contigo SUS problemas y tú piensas, por sentido de compasión y deber, que debes escucharles. Relaciones en las que sueles padecer agresiones física o verbales, en las que tu autoestima está tan baja que constantemente crees que debes demostrar cuánto vales.

Otro de los puntos importantes a tener en cuenta es la consciencia, el hecho de ser conscientes y saber si, por ejemplo, yo mismo soy tóxico para otras personas, ser consciente de que la relación  que mantengo es tóxica, ser consciente de que puedo ser inconsciente cuando interactúo o mantengo una relación tóxica con alguien sin darme cuenta. De que yo mismo puedo ser una persona tóxica para mí mismo (con mi propio “diálogo interno”).

Este tipo de relaciones “tóxicas” suelen ser muy frecuentes, más de lo que imaginamos (muchas veces se consienten por miedo a estar solo/a), son situaciones que nos generan emociones negativas de insatisfacción e infelicidad, de rechazo y malestar, de angustia, drenajes emocionales que nos generan graves conflictos emocionales, incluso ansiedad, estrés o dolencias psicosomáticas.

Las personas sometidas a este tipo de relaciones suelen ser personas que están siendo manipuladas y victimizadas, a quienes se les rebaja la autoestima (suele existir unos niveles de autoestima muy bajos, y este hecho es fundamental), se les coarta la libertad e incluso se puede llegar al maltrato (físico y/o moral).

¿Cómo podemos neutralizar estos efectos dañinos y tóxicos que producen en nosotros las relaciones enfermizas que estamos manteniendo?

El principal objetivo en las relaciones humanas o interpersonales es conseguir que siempre 1 + 1 sea muy superior a 3, es decir, que la unión de dos sistemas siempre sea como resultado un sistema con unos resultados muy superiores a los resultados que podrían dar ambos sistemas individualmente. O lo que es lo mismo, aprovechar las sinergias, valorar las diferencias y el enriquecimiento MUTUO. Para que esto suceda es imprescindible que las relaciones interpersonales sean enriquecedoras para todos los componentes y en segundo lugar que estén exentas de conflictos permanentes, pueden existir problemas o conflictos (incluso fortalece las relaciones) pero de igual manera estos deben afrontados, resueltos y quedar zanjados.

Debes ser consciente de tus pensamientos y de tus emociones, quienes son los responsables de tus actos; y tomar el control de éstos reinterpretando los hechos responsables que te provocan dichos pensamientos y emociones. Debes ser capaz de generar una nueva interpretación de los hechos y que no te provoquen los mismos pensamientos y emociones “tóxicas” o negativas, y permitirte actuar de otra manera nueva en la que tú seas proactivo, donde tú tomas el control de tus decisiones. Debes ser capaz de identificar tus objetivos en la vida y ser capaz de gestionar tus propias decisiones e intereses poniendo primero lo primero.

La clave para resolver una relación “tóxica”, pasa en primer lugar por identificar a la persona “tóxica”, y si es posible desvincularse totalmente de esta relación alejándola totalmente de nuestra vida. Debemos ser capaces de identificar qué síntomas nos provoca estas personas. Si no es posible alejarse de ellas y debemos convivir, tendremos que ser capaces de adquirir la capacidad de abstracción ante sus comentarios y acciones, e ignorarlo. Marca normas de convivencia claras y con determinados límites. Debemos trabajar una actitud positiva y de optimismo. Adquiere el hábito de sonreír.
El principal problema para no resolver este tipo de situaciones somos nosotros mismos y nuestras disculpas y autojustificación para seguir actuando como lo estamos haciendo, es decir para cambiar.

Debes rodearte de gente positiva e inspiradora. Rechaza o evita en lo posible las relaciones con las personas tóxicas. Siente y escucha el nivel emocional en el que se encuentran esas personas positivas, optimistas, inspiradoras e intenta elevar tu nivel emocional al suyo, aunque sólo sea por imitación. Debes buscar relaciones sanas con personas donde predominen principios básicos de amistad, alegría, generosidad, sinceridad, integridad, etc. Relaciones con personas que te valoran y te hacen sentir bien, con personas que ven en ti “un papel en blanco” (todo tu POTENCIAL) y no un punto rojo (ver mi artículo anterior sobre “Un Experimento Social” y el resultado), donde las personas con las que te relacionas desean tu bienestar.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. En nuestras relaciones interpersonales…
    Respondámonos…. cuánto amor propio nos tenemos a nosotros mismos? ... Cómo está nuestra autoestima?...
    La respuesta a estas dos preguntas, es el resultado de cómo nos sintamos con nosotros mismos , con los que nos rodean y lo que consideramos necesitar.
    Que es equivalente a nuestro nivel de madurez emocional, el cual proyectamos en nuestras relaciones interpersonales, así mismo en el tipo de criterio que aplicamos para seleccionar y establecer relaciones humanas con otros, particularmente de índole “amistad” o de “amor”, con quienes decidimos voluntariamente construir vínculos afectivos cercanos.
    Entonces, solamente en nosotros está la decisión de reconocer, diferenciar, conservar o cambiar, entre relaciones interpersonales SANAS (libertad, seguridad, respeto, confianza, admiración, reconocimiento, honestidad...) o relaciones TÓXICAS (codependencia, posesivas, controladoras, celosas, abusivas, envidiosas, hipócritas...) con los demás.

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  3. como desligarse de una relación toxica cuando hay hijos pequeños de por medio.

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