¿Por qué debemos desarrollar nuestras habilidades
emocionales?
La inteligencia Emocional la podemos definir como la
capacidad de gestionar eficientemente las emociones. O como a mí me gusta
definir, el manual para saber cómo somos.
La Inteligencia Emocional es una forma de
interacturar con un mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y que nos
permite interactura con los demás, trabajar en grupo, tolerar situaciones
difíciles y de conflicto, fortalecer vínculos afectivos, establecer una empatía
social para querer ayudar a los demás, controlar los impulsos y mantener
niveles adecuados de humor.
Carecer de estas aptitudes es lo que denominamos “Analfabeto
Emocional” o “Ignorante Emocional” (“¿Eres un Ignorante Emocional? Claves para desarrollar la IE y ser más feliz” Editorial:
CCS Autor: yo mismo)
La primera de las razones para desarrollar la IE es
que las emociones las utilizamos toda la vida, durante todo el tiempo. Incluso
en la vigilia, antes de dormirnos que es cuando más relajados estamos, también
sentimos emociones. Las emociones son para usarlas y no para que ellas nos
utilicen a nosotros.
En segundo lugar, todos nacemos con un “kit de
herramientas” muy sofisticado que son las emociones (Ira, alegría, asco, miedo,
sorpresa, tristeza). Este “kit de herramientas” lo utiliza nuestro cuerpo y nuestra
mente para interactuar con el mundo, y sobre todo con nosotros mismos, por
tanto lo más adecuado es saber utilizar dichas herramientas para poder desenvolvernos
adecuadamente en nuestra vida y ser felices, lo que ocurre es que nadie nos
enseña a utilizarlas, y en muchos casos son éstas las que nos utilizan a
nosotros.
Como tercer punto, decir que son la base de todo aprendizaje.
Igual que una laser graba un CD, la energía de las emociones es la que graba
todo lo que aprendemos las personas en nuestra vida, no sólo lo que vamos
aprendiendo académicamente, sino todo lo que aprendemos desde que nacemos.
Las emociones determinarán el nivel de rendimiento
del que somos capaces, qué tipo de relación mantendremos de adaptabilidad,
trabajo en equipo o liderazgo. Las emociones determinarán cómo nos comunicamos,
cómo respondemos, cómo nos comportamos y funcionamos tanto en casa como en el
trabajo.
En cuarto lugar, nuestras emociones potencian las demás inteligencias de nuestra persona. Según Howard Gardner el contenido puede presentarse de 5 formas de acceso al conocimiento, dividido en 8 estilos diferentes de inteligencias que podemos agrupar en 3 grandes módulos de inteligencia: De análisis simbólico (I. Lingüística, I. Lógico matemática), no canónicas (I. Musical, I. Espacial, I. Cinético corporal, I Naturalista) y personales (I. Intrapersonal, I. Interpersonal).
Cuando las emociones están equilibradas, hacen que
nuestros talentos y aptitudes puedan ser desarrollados. Si somos personas
analfabetas emocionales disminuimos nuestras potencialidades.
En quinto lugar, las habilidades emocionales son
básicas para el éxito de las personas porque esto refuerzo o deteriora nuestra
autoestima, nuestra confianza en nosotros mismos, nuestro valor personal,
nuestro respeto por nosotros mismos y esto influye en nuestro comportamiento,
decisiones y desarrollo diario.
Si nos encontramos bien, nuestro desarrollo personal
se orientará hacia el éxito. Si somos “ignorantes emocionales”, nuestra
proyección personal estará orientado al fracaso y ese “kit de herramientas
sofisticadas”, que son las emociones, se convierten en herramientas oxidadas y
por tanto en un lastre para nuestra vida.
En sexto lugar, la ignorancia emocional generalmente
produce sufrimiento y enfermedad en las personas. Los sentimientos y emociones
nos dominan a nosotros mismos y muchas enfermedades tienen como origen un
problema psicológico, el tracto neurológico conecta nuestros sistemas límbico y
reptiliano con el resto del cuerpo, produciendo cambios hormonales que afectan
a los 60 trillones de células que componen nuestro cuerpo.
Desarrollando las habilidades emocionales promovemos
nuestro bienestar psicológico y físico, favorece nuestra motivación, entusiasmo
y optimismo, y nos permite un mejor desarrollo de nuestras relaciones personales.
En último lugar, los padres, tutores y/o profesores
programamos y modelamos con el ejemplo la inteligencia o la ignorancia emocional de nuestros
hijos o alumnos. De 0 a 5 años programamos a nuestros hijos, y hasta los 12
años aproximadamente los modelamos. Por tanto, con nuestro ejemplo los niños
aprenderán a reconocer, expresar y controlar las emociones, es decir a ser inteligentes emocionalmente.
El proceso de desarrollo de la Inteligencia
Emocional se hace con tiempo y perseverancia, es como montar en bicicleta… y si
nos caemos nos levantamos y continuamos.
En el día de hoy también quiero recordar de una forma muy
especial y afectuosa a todas las víctimas, familiares y afectados del atentado del 11-M del 2004 entre los que,
posiblemente, me podría encontrar yo mismo (como muchos de mis compañeros) si no se hubiesen dado determinadas
circunstancias familiares en las que mis hijos (hoy 12 y 10 años), por
enfermedad, fueron los causantes de que yo no cogiese, como cada día a las 7.30
en la estación de Vicálvaro, cualquiera de los trenes con dirección Recoletos. Gracias
Pablo por ponerte enfermo, gracias Fer por obligarme a llegar media hora tarde
a mi rutina.