Para asistir a una entrevista de trabajo, a una primera cita amorosa o a una
primera reunión, habrá oído muchísimos consejos acerca de la primera impresión
y de cuán importante es.
Cuando conocemos a una persona, nuestro
subconsciente inmediatamente y de forma automática comienza a generar esa
primera impresión, comienza a procesar una cantidad de señales visuales,
auditivas y kinestésicas con las que elaboramos nuestra primera impresión sobre
la otra persona. Todo esto se desarrolla en un tiempo estimado de unos 20
segundos.
Es lo que llamamos la técnica 4 x 20,
basado en la importancia que tienen estos 4 aspectos (tiempo, palabras, gestos
y proxemia) en un tiempo no superior a los 20 segundos cuando interactuamos con
otra persona.
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Los 20 primeros segundos en los que evaluamos y generamos
predisposición.
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Las 20 primeras palabras que pronunciamos, las cuales
también nos ayudarán a generar predisposición.
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Los 20 primeros pasos, dar la mano, acercarse, recibir
sentado, de pie, etc.
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Y por último los 20 primeros gestos, que con la sonrisa,
mirada, gesto serio, etc., también contribuiremos a crear predisposición.
Sin duda,
usted habrá conocido gente con la que se sintió incómoda de inmediato. Pero, si
le preguntaran, no sería capaz de precisar por qué determinada persona no le ha
caído bien: simplemente hay cosas que no puede explicar. Lo mismo ocurre con
aquellos que enseguida nos causan una buena impresión. Nuestra mente
sencillamente nos envía la respuesta a esa complicada ecuación; respuesta que
no siempre comprendemos totalmente.
Así que
es importante saber que disponemos de unos veinte segundos antes de que la otra
persona se forme una opinión de nosotros. Después de este tiempo, estas
palabras, estos gestos y esta cercanía sólo podremos cambiar esa primera
impresión que ya hemos generado en la otra persona, pero la primera impresión
ya ha sido creada y no hay una segunda oportunidad.
Algunos consejos para esa primera y única
oportunidad de generar una buena primera impresión:
A todos nos gusta sentirnos el centro de
atención, así que la primera clave es hacerle sentir a nuestro interlocutor,
como el protagonista. Darle importancia. Ponerlo en valor. Conviértalo en el
centro de atención.
Escuchar y no sólo oír. No interrumpa, mantenga una
postura de respeto, atienda a los sentimientos y a los hechos, desarrolle una
empatía sincera, estimule a su interlocutor a que se exprese, resuma, de
feedback, utilice el nombre de la persona, etc. Por que no podemos convertir a
nuestro interlocutor en el centro de atención y nosotros no estar interesados
en escucharle. Muéstrese abierto y escuchar para comprender.
Evite corregir. A nadie le gusta hacerse amigo de un
discutidor, ¿verdad?. Asegúrese de que su interlocutor no lo juzgue mal:
muérdase la lengua si alguien dice algo totalmente contrario a lo que usted
piensa o considera equivocado.
No sea tímido. La gente tímida tiende a murmurar en
vez de hablar, como si lo que tuvieran que decir no fuera importante y no
mereciera ser oído. Cuando esté hablando con otro, sea cual fuere la razón,
será porque usted tiene algo que decir. No causará una buena impresión si el
otro no puede entenderlo. Murmurar es simplemente una pérdida del tiempo
precioso destinado a la primera impresión.
Utilizar el humor es buen recurso, pero en una relación de primera impresión es mejor evitarlo. No importa lo inocente del chiste o la broma, pero si herimos la sensibilidad de nuestro interlocutor, habremos quemado cualquier posibilidad de entablar una relación fructífera.
También formarán su primera impresión observando la
forma en que usted habla. En esos primeros segundos cruciales habrán juzgado su
nivel de inteligencia, su formación cultural, su nivel de educación y más
Estos consejos le
pueden servir para sentirse más confiado en encuentros sociales donde deba
interactuar con gente nueva. Desarrollando estas habilidades, usted pronto será
capaz de hacer amigos más fácilmente y tendrá mucha más gente con la que
"pasar un buen rato”.